La vida precede a la teoría. Por Manuela Besada

Hay una cosa muy chistosa que veo en muchas de ustedes, la idea de que la teoría precede a la vida. ¿Ustedes qué creen? ¿Que una adolescente trans rural va en el bus leyendo a Judith Butler y ahí es cuando decide transcisionar? No amigas, la vida precede a la teoría, no al revés.

La gente existe y merece existir con dignidad, sepamos o no describir su realidad, sus sentires y formas de ser, sepan ellas mismas hacerlo o no. El lugar de la teoría hace muchos años dejó de ser el de una lápida distante de la vida de la gente para cuestionarse éticamente y experencialmente a profundidad. Si no entendemos algo nos sentamos, escuchamos, comprendemos, somos empáticas y acompañamos. En este país ser trans mata, desplaza y empobrece, eso es lo que deberíamos estar solucionando, cómo garantizar la vida, la vida digna como sociedad.
Además amigas, Jodith Butler no es trans, de hecho ha recibido muchas críticas por parte de teóricas y activistas trans y hay que reconocer que ha buscado redireccionar su pensamiento de acuerdo a esas críticas.

Otra cosa, es muy desagradable cuando le preguntan a una mujer trasn EN TWITTER «¿qué es ser mujer para tí entonces?» como si fuese una pregunta inocente. Esa es una pregunta ontológica que no se ha resuelto ni en los miles de textos feministas de todas las disciplinas. ¿De verdad defienden la inocencia de esa pregunta en TWITTER direccionada a una mujer trans?
Claro que es más fácil en muy pocos caractéres definir mujer mediante argumentos que apelan al «sentido común», siempre es más fácil ser simplistas que dedicarle el tiempo y espacio que merece la complejidad de los procesos de ensamblaje de la psique humana.

Y ya sé que cometí muchos errores de digitación, pero como caro sanin me bloqueó no me aflige.
Denunciar las diversas formas de opresión que vivimos de acuerdo a nuestra raza, etnia, cultura, sexo, género, identidad, construcción del deseo, etc no tiene la finalidad de generar una carrera sobre quién la pasa peor, sino precisamente, de reconocer los dolores del otro con la finalidad de articularnos, ser colectividad, reconocer la pugna del/la otra para saber que no hay liberación común si dejamos una atrás. La idea final es la de la solidaridad, no la de la competencia entre nosotras, nosotros y nosotres… con eso no ganamos nada.

Por eso cuando dicen «el feminismo no tiene que ser la madre de todas las luchas» pienso que es es un tanto triste a lo que hemos llevado nuestras heridas colectivas. Ojalá logremos pelear articuladas, juntas y furiosas contra quién realemente hace de este mundo un infeliz.
Y claro que a veces nos llega la teoría y nos salva y nos arrastra a formas nuevas. Pero ese es otro tema.


Este texto es un hilo de twitter escrito por Manuela Besada, y compartido aquí con su permiso.

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